11/09/2010

A Preguntas Necias............





Mucha gente se lo pensaría dos veces antes de acercarse a un extraño y preguntarle según que preguntas, como por ejemplo: ¿Es este tu marido? o ¿Cuanto pagastes por tu boda? Sin embargo, cuando hablamos de adopción y más en concreto de adopciones transnacionales la cosa cambia. Por algún motivo que desconocemos, mucha gente se cree con derecho a interrogarnos, personas desconocidas que nos formulan las preguntas más privadas, que en muchas ocasiones ni miembros de nuestra propia familia o amigos íntimos se atreverían a formularnos.
Algunas personas son tan persistentes que, a no ser que se les ofrezca una respuesta a sus impertinentes preguntas, no están dispuestas a abandonar su interrogatorio.
Muchas de esas preguntas nos incomodan, primero por qué no tenemos porqué dar explicaciones a desconocidos, segundo, nuestros hijos están presentes, escuchando atentamente nuestra respuesta....
No existe la respuesta correcta, perfecta o adecuada para cada momento, la experiencia y la seguridad en nosotros mismos nos ayudará a sentirnos cada vez más seguros a la hora de enfrentarnos a estas situaciones.
De nuestra experiencia como hijos adoptados transracialmente, muchos estamos de acuerdo en que nos hubiese gustado que nuestros padres nos:














  • Hubiesen preparado de antemano sobre las situaciones con las que nos podíamos encontrar en la calle, las preguntas indiscretas, las miradas, no ignorarlas..
  • Enseñarnos a asimilar que nuestro modelo de familia llama la atención allá donde vayamos y que desafortunadamente atraemos una atención que no siempre es bienvenida, prepararnos ante la sensación de perdida de privacidad que muchos adoptados sentimos.

  • Enseñarnos a que no tenemos porqué responder si no queremos, que ser impertinente con personas impertinentes a veces es lo mejor, no tenemos porqué ser siempre amables. Sin embargo, en otras ocasiones, el humor será la mejor respuesta.
  • Decir siempre la verdad, no decorar nuestra historia o poner flores en lugares en los que nunca hubo... Si no queremos contestar no lo hacemos, sin embargo si queremos dar una respuesta, respetar siempre el derecho a la privacidad de los hijos, nuestra historia familiar es nuestra y solo nosotros tendríamos que tener el derecho decidir cuando, como y a quién se la explicamos.



  • En la medida de lo posible dar buenas respuestas, de acuerdo con la situación en la que nos encontramos, no mostrar miedo o vergüenza, pues somos nosotros los que no tenemos nada de que avergonzarnos, el silencio no siempre es la mejor respuesta.
  • No forzarnos nunca a dar una respuesta, venga de quién venga la pregunta. A veces dar respuesta a las preguntas de personas que conocemos (amigos, padres de amigos, familiares, etc..), nos hace sentir que nuestra vida es un libro abierto, que no tenemos ningún control sobre ella. 
    De adultos, los adoptados nos damos cuenta de que muchas de esas preguntas que formulaban extraños en la calle a nuestros padres no eran ni mucho menos fáciles de responder, nosotros nos sentíamos examinados, discriminados pero ellos también....




3 comentarios:

  1. Me gusta mucho esta entrada. Y me gustaría poder reproducirla en mi blog indicando la fuente.
    Ya me direis si esto es posible.
    Un saludo
    Itsaso

    ResponderEliminar
  2. Me gusta mucho esta entrada. Y me gustaría poder reproducirla en mi blog indicando la fuente.
    Ya me direis si esto es posible.
    Un saludo
    Itsaso

    ResponderEliminar
  3. a mi también me gustaria reproducirla, si os parece bien, aqui http://rarezasdelaadopcion.blogspot.com/
    ....

    ResponderEliminar