1/23/2011

PELICULA: MADRES E HIJAS

Madres e hijas:

Una pelicula sobre adopción, vista desde diferentes angulos. Altamente recomendable.
Director: Rodrigo García.

La película nos narra la historia de tres mujeres: Una mujer de 50 años, la hija que dió en adopción hace 35 años y la historia de una mujer afroamericana que quiere adoptar.
La historia de la madre (interpretada por Anette Bening), que dió a su hija en adopción cuando tenía 14 años y que desde entonces le escribe carta a diario.
La abogada despiadada, interpretada por Naomi Watts, adoptada de bebé y que en cierto modo, ha aprendido a vivir  sin involucrarse emocionalmente con nada ni con nadie para evitar una nueva pérdida.

La otra historia nos narra la experiencia de un pareja afroamericana que comienza su proceso de adopción nacional.

No desvelaremos la trama, pero os recomendamos la película, pués de un modo inteligente, nos habla de la adopción desde vertientes muy diferentes. La persona adoptada y su visión de la vida y la familia, la madre que dió a su hija en adopción y dedica en resto de su vida a cuidar de su madre para expiar su culpa. El matrimonio afroamericano, no caucásico, acomodado, que busca desesperadamente completar su familia. 


La película nos muestra la repercusión de nuestras acciones, en la vida de una tercera persona y como en cierto modo, todos estamos interconectads, venimos de algún sitio, todos hemos tenido una madre, una familia.... 
Sin dramatismo, al contrario, de un modo inteligente, no adentra en el mundo de la adopción, de los sentimientos, de la familia, de la vida...  

1/18/2011

Artículo interesante publicado en el PAIS

JUDIT CARRERA 20/12/2010
TRIBUNA: JUDIT CARRERA
Ciegos al color
En Cataluña la población de origen extranjero ha pasado del 2,9% en el año 2000 al 15,9% en 2009
Esta convivencia interracial parece contradecir al influyente pensador afroamericano William Edward Burghardt Du Bois cuando denunciaba que el siglo XX sería el siglo marcado por la línea divisoria del color. Sus trabajos, centrados en la discriminación de las poblaciones de origen africano en Estados Unidos, acabaron siendo determinantes para la lucha contra el racismo y para la defensa de los derechos civiles en ese país.
La reivindicación de Du Bois de la raza como centro del debate político resulta un precedente interesante para interpretar la descolonización y las migraciones globales, pero en Europa hablar de raza es un tabú. Bajo el aura de la Declaración Universal de Derechos Humanos se esconde una defensa acérrima del principio de igualdad que, solo sobre el papel, niega la existencia de diferencias raciales y por el camino absuelve a las potencias europeas de cualquier responsabilidad en su pasado colonial. Porque si los inmigrantes están aquí y ahora es también porque nosotros, los europeos, estuvimos una vez en sus países.
En un mundo desigual y globalizado, la inmigración es un fenómeno imparable. En Cataluña, la población de origen extranjero ha pasado del 2,9% en el año 2000 al 15,9% en 2009, una cifra equiparable a las de otras sociedades europeas. Pero el mapa de la Cataluña mestiza no está solo compuesto de inmigrantes de países lejanos en búsqueda de trabajo. La diversidad de Cataluña también está constituida por más de 300.000 personas de otras partes de Europa (el 30% del total de extranjeros), los niños fruto de la adopción internacional, el creciente número de matrimonios entre personas de orígenes diferentes, el 75% de la población autóctona que en distintos grados afirma tener doble identidad (catalana y española) y, evidentemente, aquellos ciudadanos que se sienten exclusivamente catalanes o españoles. Esta Cataluña culturalmente enriquecida, compleja, cambiante, inatrapable, es la que tanto molesta a la Plataforma per Catalunya y al Partido Popular y que más discretamente desorienta a amplias capas de la sociedad catalana.