12/13/2012

HISTORIA AFROESPAÑOLA (Uno de los primeros futbolistas negro)





Jones,un guineano de Bilbao


Hay que hablar un poco de uno de los futbolistas negros pioneros en jugar en la Liga española: Miguel Jones Castillo,que aunque es posterior al marroquí Lahcen Chicha del Atlético Tetuán,alcanzó una mucha mayor repercusión que el de Agadir, tanto en el plano deportivo como en el social

Miguel Jones Castillo nació en el año 1938 en la llamada por aquel entonces Guinea Española (hoy Guinea Ecuatorial). Siendo aún un niño,su familia se trasladó a la Península por motivos laborales,por lo que el pequeño Miguel se crió en Bilbao como cualquier otro crío de su tiempo…con la salvedad de que era negro en una época donde los negros eran un exotismo bastante raro de ver en España.Fue un buen estudiante durante la adolescencia y como además su familia era de posición acomodada,pudo ir a la Universidad en un tiempo donde el analfabetismo aún campaba a sus anchas por gran parte del país. En la Universidad tomó los primeros contactos con el fútbol,aunque fue el atletismo su primera gran pasión deportiva.Miguel Jones era un gran velocista (al igual que lo sería su primo Juan Carlos) y dedicó sus primeros esfuerzos deportivos a superar marcas universitarias.Entre examenes de Económicas y carreras de 100 metros,Miguel tenía tiempo de jugar al fútbol, un deporte en el que arrasaba a sus rivales simplemente con la velocidad de la que hacía gala.Jones en el plano atlético era claramente superior a casi cualquier jugador profesional español,por lo que los ojeadores no tardaron demasiado en descubrirlo.Fue nada menos que Fernando Duacik,entrenador del Athletic de Bilbao y amigo personal de Kubala,el primero en ver el potencial de aquel veloz “negrito” que era el terror de sus rivales tanto en la pista de atletismo como sobre césped.

12/06/2012

CIEGOS AL COLOR II. (Adaptado del artículo publicado en www.adoptivefamiliescircle.com y escrito por Gaby)


Una tarde, Isabel estaba en una clase virtual con alumnos y un profesor. En estas clases los alumnos tienen un nombre de usuario, no utilizan el video. Se comunican tecleando las respuestas. La profesora colgó dos fotos de dos jugadores de baloncesto y preguntó a los niños que similitudes había entre ellos. Isabel de 6 años me dijo que quería decirle a la profesora que los dos jugadores eran de chocolate (empezó a utilizar la comida para describir un color a los 3 años y todavía hoy describe a la gente como de chocolate, queso, café, etc..). Me entor el miedo. La profesora es negra y mi primer pensamiento fué preocuparme que sin haber visto nunca a Isabel y sin saber que es negra, la profesora pensara que en nuestra casa el color de la piel es algo muy importante.
Y entonces me di cuenta. ¡Es importante! Hablamos de lo bonitas que son nuestras diferencias. Hablamos de como la piel marrón oscura de Isabel y Noah es tan bonita, y como mi piel color café es también bonita. Hablamos de.... lo increíble y maravilloso que es tener una familia en la que cada individuo es hermoso en su individualidad. Celebramos el color. Comparamos muñecos de diferentes tonos de piel. Compramos libros en los que los protagonistas principales no son todos iguales. Juntamos nuestra manos y las miramos, nos maravillamos de nuestros tonos de piel, hablamos de nuestros amigos que son rubios o tienen el pelo rojizo, ojos verdes o negros, piel oscura o negra, y todo lo que exista entre medio.
También hablamos de la cultura que va unida al color. Hablamos de las tradiciones Latinoamericanas y visitamos mi país Ecuador, así Isabel y Noah pueden entender que significado tiene mi color de piel. Hablamos de las tradiciones afro-americanas y visitamos amigos negros e diferentes estatus sociales y profesionales que se parecen a ellos. Cuidamos su pelo de un modo tradicional y los rodeamos de libros, arte y música de artistas negros, y hacemos lo mismo con la historia europea de mi marido.
Así que que Isabel notara el color de los dos jugadores, no tiene nada que ver con ser políticamente correcta, pero si con el echo de que ella nota la belleza de los colores. Quiero que mis hijos esten orgullosos no solamente del color de su piel, si no también del SIGNIFICADO de ese color. Y no, no es un insulto usar la palabra (negro), as;i que por favor no la susurres.


CIEGOS AL COLOR I. (Adaptado del artículo publicado en www.adoptivefamiliescircle.com y escrito por Gaby)


En la adolescencia solía pensar que se ciega al color era la actitud correcta sobre la raza, pensé que era bueno no notar el color de l piel de la persona, y si lo hacia, intentaba tratar a la persona como si no tuviese raza, ya que me parecía la mejor manera de tratar a todo el mundo igual, en lugar de separar a la gente por razas en mi cabeza. Desde mi punto de vista tenía sentido, recuerdo que pensé que enseñaría a mis hijos a no notar la diferencia del color de la piel.
Esto estuvo bien mientras vivía en Ecuador y estaba rodeada de gente que se parecía a mí, per mi teoria rápidamente se puso a prueba. Cuando me fui a vivir a Estados Unidos me convertí en la persona de color a los ojos de la sociedad, empecé a pensar de un modo diferente. De repente empecé a pensar que no me gustaba que la gente no notará mi color. Mucha gente actuaba sorprendida y en general avergonzados cuando me refería a mi misma como hispana, y muchos decían: “Ah!, no me había fijado”
Que la gente notara mi raza pasó a ser algo importante para mí. Ser hispánica es algo de lo que me siento orgullosa. Ser hispánica significa que provengo de gente que habla español, que son ruidosos y por lo general emotivos, que son leales a la familia, y acogedores. Mi color de piel es la cubierta exterior de una cultura rica y compleja, así que cuando la gente me decía que eran ciegos al color, quería decirles: “No lo seáis, estoy orgullosa de tener la piel oscura y quiero que lo tengas en cuenta. Mi color me une a mi familia a la que echo mucho de menos, si no notas mi color, no los ves a ellos”.
Cuando me convertí en madre adoptiva, la idea de ser ciega al color estaba una vez más dentro de mis pensamientos. Esta vez sin embargo, tenía algo muy importante a lo que proteger y educar de lo politicamente correcto: mis dos hijos negros. Empece a notar que la gente bajaba la voz y susurraba cuando describían a alguien como “negro”. Era como si notarán la raza pero no querían decirlo fuerte.
Los niños no tienen idea de estos conceptos. Simplemente ven lo que ven y expresan lo que tienen en la cabeza, son muy sinceros. Así, que en lugar de enseñar a nuestros hijos a querer y aceptar a todo el mundo a pesar del color de la piel, debemos enseñarles que respeten a todo el mundo , el respeto y reconocimiento de la diferencia y todo lo que esa diferencia conlleva.