4/23/2012

La aventura de una adopción internacional (Artículo Publicado en el Mundo)


Lucía González | Madrid
Actualizado lunes 23/04/2012 09:40 horas
España es el segundo país en el que se gestionan más adopciones internacionales, sólo por detrás de Estados Unidos. 'La máquina de Efrén' (Sins Entido) es una historia de cómo cambian las vidas de muchas personas cuando ocurre este proceso. La de una niña llamada Selam, que nació en Etiopía y ahora vive en Valencia, la de sus padres adoptivos y la de la pequeña Laia, afectada por parálisis cerebral, cuyos primeros años de vida ya contaron Miguel Ángel Giner Bou y Cristina Durán en 'Una posibilidad entre mil'.
[foto de la noticia]
El principio de esta historia es el deseo de adoptar que estos dos diseñadores valencianos habían tenido siempre. En su familia ya había casos de otras adopciones en Etiopía. Y cuando Laia comenzó a ir al colegio se decidieron a poner en marcha una aventura que, por los plazos, requiere grandes dosis de paciencia, señala Durán al otro lado del teléfono. En el hecho de que se transforme en novela gráfica tiene mucha culpa el éxito de aquel primer libro, que también ha sido publicado en Francia. Así, podían seguir contando la evolución de su primera hija.
Hace año y medio que Selam llegó a sus vidas. "Su adaptación fue rapídísima. En dos meses ya se podía comunicar perfectamente y ahora ya domina el lenguaje. Entre las hermanas ha costado un poco más la adaptación, sobre todo a Laia. Pero ahora ya puedo decir que están adaptadas. El proceso de adopción no acaba cuando llegas a casa, acaba tiempo después", explica la ilustradora.

Una inversión emocional

En Europa, no hay adopción internacional en la que sus gastos totales sean inferiores a 18.000 euros, según el portal especializadoadopcion.org, una cifra similar a la de estos padres valencianos, aunque la media, según datos de Castilla y León de 2011, se acerca a los 30.000. El dinero es necesario para costear el viaje -en ocasiones requiere semanas en el país de origen del menor- y el papeleo. Pero la que es realmente importante es la inversión emocional. "Aprendes a tener mucha paciencia. Cuando decides ser padre adoptante no paras de buscar información. Necesitas saber qué va a pasar y cómo y acribillas a todo el mundo con preguntas. Luego te das cuenta de que cada historia es cada historia, y las hay que no salen bien, igual que cuando tienes un hijo biológico. Por eso hay que estar preparado para todo", explica.
Europa Press desveló hace semanas que en Cataluña 70 de 12.000 niños adoptados en la última década habían sido abandonados, la mayoría de ellos de origen extranjero y de más de 10 años.
De ahí el exhaustivo proceso de selección hasta obtener la idoneidad como padres adoptivos, desgranado en 'La máquina de Efrén', un cómic que lleva al lector de la emoción a la sonrisa. Convertirse uno mismo en personaje no es un proceso fácil. "Al principio te cuesta separar lo que eres tú del personaje. Una vez que lo tienes, lo más difícil es decidir qué cuentas y que no. Hay que saber contar las historias, y para eso a veces hay que sacrificar puntos que personalmente son muy importantes para ti pero que no aportan nada a la narración", explica la ilustradora.

'Ves su foto y ya es tu hija'

Los momentos más emocionantes del libro tiene que ver con los primeros cara a cara entre padres e hija. "Cuando nos enseñaron la foto... El momento de la asignación es muy potente. Para ti ya es tu hija", cuenta Durán, que confiesa que es una de las escenas que más le costó dibujar. Y luego está el primer abrazo, que llega meses después de haber visto esa fotografía.
[foto de la noticia]
En el caso de adopciones interraciales, Durán explica que en el proceso “te hacen ver mucho que es una persona de otra raza, que estás trayendo a un hijo diferentey que tienes que estar preparado. Pero nosotros ya teníamos en casa esa diferencia con Laia, ya sabemos que no es fácil llegar a un parque y que todo el mundo te mire”. Y añade: “Pero a nosotros nos pasa una cosa curiosa. No es Selam la que destaca porque todo el mundo se fija en Laila, que no habla, lleva pañal y se le cae la baba. Y Selam lo lleva bien. Hay un compañero de clase que un año después se dio cuenta de que ‘es marrón’, como él decía, después de una clase sobre África, a la que acudimos nosotros y les mostramos un vídeo con imágenes del lugar de dónde venía Selam”.
Durán confiesa que le daba pereza tener que enfrentarse a los cursos de preparación. Ya tenían una hija, que requiere necesidades especiales, y parecía que no tenía sentido que alguien les explicara cómo ser padre a estas alturas. “Pero te das cuenta de lo importante ante una adopción es que te expliquen como tratar al niño o la niña y cómo gestionar la parte emocional que trae el niño desde su país”. Y en esas reuniones se encontraron de todo. Hay algunos padres que en libro aparecen caricaturizados como animales. “Hay mucha gente que está pensando más en sí mismo que en el niño...”, afirma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario