Sin prejuicios
El origen no determina el destino de los hombres libres. Me lo dice Lilian Thuram, quien también nos anima a liberarnos de las "cárceles identitarias". Juan Campmany me lo presenta no como "un futbolista que piensa", sino como "un pensador que juega al fútbol". Y acierta: Thuram ha cuajado en Mis estrellas negras una selección de personajes que nos liberaron a los africanos y a todos los humanos del racismo y demás prejuicios de exclusión. Hoy recorre los colegios para combatir complejos de superioridad e inferioridad étnica y demás falsedades que nos roban el goce de la infinita diversidad de lo humano. Me despido de Thuram con un abrazo emocionado.
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Mi madre nos tuvo a cinco hijos de cinco padres diferentes... ¿Y sabe por qué?
¿...?
Porque, según el código de la esclavitud, era la madre la que transmitía a los hijos la esclavitud o la libertad. No importaba si el padre era libre o esclavo. Por eso, la madre antillana es allí la institución familiar: mujeres fuertes como mi madre.
La primera heroína de su libro.
Yo tenía cinco años cuando mamá nos dijo que se iba a trabajar a París y que volvería a buscarnos. Tuvo el coraje de perseguir un sueño, con sus contradicciones también.
SINOPSIS
Jung. Dibujante. 42 años según el Registro. Él prefiere pensar que nació el día que, con 5 años de edad, fue encontrado por un policía, perdido por las calles de Seúl. Era uno de los 200.000 coreanos abandonados y adoptados por familias de todo el mundo. Superados los 40, Jung decide volver a Corea del Sur por primera vez y conocer el país que lo vio nacer, pisar la tierra de sus antecesores y, si es
posible, encontrar el rastro de su madre biológica.
Con coloquio posterior a cago de: